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Capítulo 1: Si Dios Pudiera Salvar a Cada Uno, ¿¿LO HARÍA??

 

¿Cual Es la Voluntad de Dios?

La creencia de que Dios no puede hacer unas cosas, o que está limitado en Su habilidad, es bastante común entre los cristianos. Muchos piensan que la habilidad de Dios para actuar está limitada por el "libre albedrío" del hombre. La gente a menudo piensa que Dios tampoco puede predominar sobre la voluntad del hombre o que El es incapaz de hacer que el hombre cambie su voluntad para adaptarse a la voluntad de Dios.

Pero Dios no sería Dios en absoluto, si El fuere tan imponente frente a billones de personas, con cada una restringiendo a Dios en su propia manera por su libre albedrío. La restricción colectiva sería bastante enorme, si cada hombre tuviera jurisdicción sobre su propio pedazo de tierra, aun si fuera solo su propio cuerpo. ¿Es Dios un simple espectador en la historia de la humanidad? ¿Es Dios simplemente un buen consejero del hombre? ¿ Desea Dios que el hombre lo seguiría, pero puede hacer poquito o nada acerca del asunto? ¿Es esto como nosotros debemos definir el significado de "Dios"?

Algunos años atrás algunos filósofos religiosos llegaron a la conclusión que "Dios está muerto". Lo que ellos quisieron decir era que Dios creó todas las cosas y después lo dejó todo para valerse por sí mismo, para desarrollarse en lo que sea que el hombre quisiera hacerlo. El punto es que ellos creían que Dios era indiferente y ya no tenía que ver El mismo con la historia de la humanidad. Este tipo de pensamiento fue un resultado natural de la idea que Dios era impotente para hacer algo en la presencia del libre albedrío del hombre. ¿Pero cual es peor, hacer a Dios impotente o hacerlo indiferente?

Esos de nosotros quienes tenemos una relación más personal con Jesucristo y quienes ven Sus manos en nuestras vidas todos los días, no subscribimos a la idea de la impotencia de Dios tampoco a Su indiferencia. El mismísimo hecho de que El mandó a Jesucristo para morir por el pecado del mundo entero muestra que El es intensamente interesado en el hombre. El es todo menos indiferente.

La Biblia también da muchos ejemplos para mostrar que Dios es todo menos impotente. El constantemente toma el crédito por la caída de todas las naciones, como también los eventos positivos, tal como la redención de Israel de Egipto. Isaías 45 es el gran capitulo de la "soberanía” en el Antiguo Testamento. Dios dice que aún un rey pagano como Ciro de Persia haría todo lo que Dios le dijera que hiciera. En Romanos 9 Pablo dice que Dios levantó Su propia oposición en la persona de Faraón, rey de Egipto, para mostrar que El era soberano.

Con la soberanía de Dios en mente, entonces, ¿qué es lo que previene a Dios de salvar toda la humanidad? ¿Está El realmente bajo una restricción auto-impuesta que limita Su habilidad para salvar a todo hombre? Si es así, ¿por cuál ley? ¿Qué ley la hace imperativa para Dios permitir a Sus hijos de usar sus libres albedríos para destruirse ellos mismos? ¿Debo yo seguir tal práctica con mis propios hijos? ¿Debo estar en la entrada de la cochera y simplemente engatusar a mi hijo en salir de la calle cuando un carro se acerca? ¿Por qué pensamos que es una moral imperativa que Dios tenga que hacer esto con Sus hijos?

Si Dios es realmente Dios y es omnipotente, omnisciente, y todo lo sabe, como El afirma ser, ¿entonces como es que El perderá la vasta mayoría de la humanidad por las artimañas del diablo o la malvada voluntad (pero propia) del hombre? ¿Es Dios realmente el perdedor en esta guerra cósmica entre el bien y el mal, luz y oscuridad? Cuando lleguemos al final de la historia, ¿probará ser Dios el enojado perdedor por torturar a todos esos quienes se atrevieron a vencerlo?

Nosotros no lo creemos así.

La Biblia no enseña que Dios es un perdedor. La Biblia nos dice claramente que Dios va a ser el supremo ganador, y que Su plan para toda la creación será completada. La intención y plan de Dios fue claramente establecida en voto a Moisés, diciendo en Números 14:21, "Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra".

2 Pedro 3:9 dice, que El no está queriendo que ninguno perezca, o pierda. Así, si alguno está perdido, no es porque esta es la voluntad de Dios.

El apóstol Pablo dice en 1 Timoteo 2:4 que Dios "quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad".

Esto, también, define la voluntad de Dios para todo hombre.

El problema es que el hombre malo parece frustrar la voluntad de Dios, y Dios parece estar sin poder para hacer algo al respecto. ¿Qué poderoso es Dios, de todas maneras? Vamos a empezar desde el principio.

El Creador Es Dueño de Todas las Cosas

El primer verso en la Biblia establece que Dios es el Creador de todas las cosas. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". La mayoría de gente en el mundo cree esto, pero poca gente entiende lo que esto implica.

Esto quiere decir que Dios es Dueño de todas las cosas por derecho de creación. Uno es dueño de lo que uno crea.

Esto es el porque Dios le dijo a Moisés en Levíticos 25:23, "La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es ". En otras palabras, bajo la ley de la Biblia, Dios retiene el derecho de dominio eminente. El había dividido la tierra de Canaán entre las tribus y familias de Israel como su herencia. Sin embargo, ellos no tenían el derecho de hacer como a ellos les placiera con su tierra. Dios retenía la soberanía sobre la tierra. Los derechos de la gente fueron limitados por ciertas restricciones puestas por la ley. Esto muestra que Dios retiene la soberanía sobre la tierra, aun cuando El le dio a la gente un cierto nivel de autoridad.

Una restricción era que ellos no tenían el derecho para vender sus propiedades para siempre, es decir, en perpetuidad. Sus herencias no eran transferibles. Si ellos incurrían en una deuda, se les permitía venderla solo hasta el Año del Jubileo, el cual ocurría cada cuarenta y nueve anos (Levíticos 25:8). Esto quería decir que una familia no podía perder su herencia por más de una generación. Esto aseguraba que cada ciudadano tuviera una tierra.

La tierra le pertenecía a Dios, así ningún hombre tenía la habilidad o el derecho para perder su tierra por todo el tiempo. El sólo era capaz, por su propia voluntad, de "perderla" temporalmente, porque ese era el límite de su autoridad. Por ley, bajo la soberanía de Dios, un hombre podría sólo perder (o vender) su tierra temporal­mente.

Ahora considera el hecho de que Dios creó a todo hombre, los dos buenos y malos. De hecho, El formó al hombre del polvo de la tierra (Génesis 2:7). Dios usó material de construcción (polvo de la tierra) que El creó—y por lo tanto es Dueño. ¿No quiere decir esto que Dios es dueño de todo hombre como también de toda cosa material en el universo? El hombre es parte de la "tierra" que Dios tiene por el derecho de creación.

Eso quiere decir que el hombre no tiene la autoridad, derecho, o aún la habilidad de "vender su alma al diablo" por todo el tiempo. Su autoridad es limitada por ley. De ahí, aún si el hombre decide por su "propia voluntad" venderse el mismo en esclavitud de pecado o al diablo, el debe inevitablemente regresar a su herencia al final de los tiempos cuando Dios decrete el Jubileo para toda la creación.

Dios Es Responsable por Toda la Creación

En las leyes divinas de responsabilidad Dios pone el principio que un hombre es responsable por lo que el tenga. Por ejemplo, si un granjero cava un pozo y descuida cubrir el pozo, y si un buey del vecino cae dentro ese pozo y es muerto, el dueño del pozo es responsable y debe pagar por los danos a su vecino. Éxodo 21:33, 34 dice,

33 Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno, 34 el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo.

Otra vez, si un hombre prende un fuego y pierde el control y quema el campo de su vecino, el hombre quien prendió el fuego es responsable, porque el creó el fuego y por lo tanto es dueño. Éxodo 22:6 dice, "… el que incendió el fuego pagará lo quemado ”. Esas son las leyes básicas de responsabilidad que definen la voluntad de Dios en áreas de justicia y responsabilidad entre los hombres.

Este principio, cuando es aplicado en un escenario grande nos muestra que Dios es responsable por todo de Su creación —aun por las malas cosas que pasan. Dios es ultimadamente responsable por todo lo malo que ha ocurrido en el mundo. Uno no puede culpar al "diablo", por que el diablo nada ha creado y nada le pertenece. U no no puede ultimadamente culpar al hombre malo tampoco, porque el hombre malo no se creó el mismo.

En el caso del buey que cayó dentro del pozo incubierto, el que lo cavó no puede decir en su defensa, "ese estúpido buey cayó dentro del pozo por su propia voluntad". Tal argumento no hace diferencia en la corte divina. El único hecho relevante en el caso es que el que cavó el pozo es responsable por eso.

En el caso de Adán y Eva, ya sea que ellos eran reales o solo un prototipo del ser humano, la historia de la Biblia lo hace claro que Dios los creó. El "árbol'' del conocimiento de lo bueno y lo malo (no importa como los hombres interpreten la historia) provocó la tentación, y la ''serpiente" fue el tentador. Dios creó los dos el árbol y la serpiente y por lo tanto ultimadamente es responsable por ambos.

Esto quiere decir que Dios, en efecto, "cavó un pozo" y lo dejó descubierto. Esto es, Adán y Eva—como el estúpido buey—se les dijo de estar lejos del pozo incubierto. Por supuesto, ellos no obedecieron, y así el hombre "cayo" dentro del pozo y murió (vino a ser mortal).

¿Entonces quien es legalmente responsable en la corte divina? Bueno, Dios lo es, por supuesto. Adán y Eva no cavaron el pozo, tampoco ellos crearon la serpiente. Ellos sólo fueron muy ignorantes para no estar alejados del pozo. Ellos cayeron, y murieron. La propia ley de Dios, entonces, demandó que el Dueño del pozo pagase por com­pleto la muerte del buey (Éxodo 21:34).

En otras palabras, Dios puso la ley en tal manera que El mismo se hiciera responsable por la caída de Adán y Eva. ¿Dios sabía lo que El estaba haciendo? Por supuesto que El sabía. El sabía desde el principio que la ley demandaría que El—el Creador y Dueño de todo—tendría que pagar por la completa pena por el pecado. Esto es el porque Jesús vino a la tierra para pagar la completa pena por el pecado.

Primero que todo, El amaba Su creación lo suficiente para hacer esto (Juan 3:16). Segundo, El lo hizo obligatorio por la ley que El tendría que hacer esto.

En ese sentido, la ley era profética, porque la ley mandaba que el Creador tuviera que tomar completa responsabilidad por la caída del hombre—es decir, por la caída del buey dentro del pozo. De hecho, lo profetizó que Dios tendría que venir a la tierra y nacer como un hombre en orden para ser capaz de morir por el pe­cado del mundo.

Las Leyes de Redención

La tierra no podía ser vendida en perpetuidad, pero había tiempos cuando los hombres se incurrían en deudas que ellos no podían pagar. Jesús dijo una parábola acerca de esto en Mateo 18:23-35. El dijo de un hombre quien debía "diez mil talentos", lo cual, en términos monetarios de hoy día sería cerca de $150 millones de dólares. Verso 25 dice que porque él no podía pagar la deuda, él y su esposa y hijos tenían que ser vendidos como esclavos para pagar la deuda.

Bajo la ley Bíblica, los hombres eran esclavos hasta que sus deudas fueran pagadas o hasta el Año del Jubileo, cualquiera que viniere primero. En el Año del Jubileo toda deuda era cancelada puramente por gracia, no importaba lo tanto que todavía se debiera. Los esclavos eran forzados por la ley a trabajar para sus amos, pero también ellos tenían derechos. La esclavitud misma como era practicada en la mayor parte del mundo era ilegal bajo la ley Bíblica.

Un hombre y su familia quienes habían llegado a ser esclavos por su deuda, supuestamente eran puestos a trabajar por sus amos hasta que la deuda fuera pagada. Entonces ellos eran puestos en libertad.

Pero había otra manera que la deuda podía ser pagada. El esclavo podía ser redimido por un pariente.

Jesús Es el Redentor

Levíticos 25:47-55 dice de las leyes de redención. Dice que un pariente tenía el derecho de redención, mientras tanto que él tuviera el dinero suficiente para pagar la deuda de su pariente. Si un pariente venía al amo del esclavo y tenía el dinero suficiente para pagar la deuda que se debía, él podía pagar la deuda y comprar el esclavo.

El amo del esclavo pudiera preferir guardar el esclavo, porque él era un buen trabajador. Pero él no tenía alternativa en el asunto, porque el redentor es un pariente. La única vez que el amo del esclavo tiene alternativa es si el redentor potencial era solo un amigo pero no un pariente. En tal caso, él lo podría permitir o no, de acuerdo a su "voluntad".

¿Por qué? Porque el derecho de redención es solo dado a un pariente. Un pariente tiene los derechos legales; un simple amigo no los tiene.

La historia de la Biblia nos muestra como esta ley es aplicada a la nación de Israel. La Casa de Israel había caído en pecado y por lo tanto habían incurrido en una enorme deuda que ellos no podían pagar. (Todo pecado es registrado como una deuda en la Biblia). Dios era el Juez que los había vendido como esclavos a la nación de Babilonia (604 A.C.).

La deuda registrada fue pagada después en sucesión por Persia (537 A.C.), después Grecia (332 A.C.), y finalmente por Roma (63 A.C.). En los días de Jesús, Roma tenía la deuda registrada de Judá, o Judea. Esto era el porque Roma gobernaba Judea mientras Jesús ministró en la tierra. Jesús vino como Redentor, no para derribar Roma por conquista militar sino para pagar por ellos en una manera legal y pacífica. La nación lo rechazó, comoquiera, porque ellos querían un gran general que obtendría libertad por fuerza.

La Biblia dice en Hebreos 2:11-17 que Jesucristo no vino a la tierra para tomar la forma de un ángel. En vez de eso El vino como un hombre, nacido de una mujer, tomando sobre El mismo la simiente de Abraham en orden para que calificara como un "pariente" para Israel y Judá. Esto le dio a Jesús el derecho de redención.

Pero además, verso 14 nos dice que Jesucristo vino en "carne y sangre", en orden para calificar como un pariente para todo hombre. Esto le dio a Jesús el derecho de redención por todo hombre todo el camino de regreso hasta Adán.

Esto es el porque El fue el redentor de todo hombre, no solo el redentor de Israel. El estaba relacionado a todo quien fuere carne y sangre—sin excepción.

Por esta razón, el apóstol Juan nos dice en su carta 1 Juan 2:2, " Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo ". Jesús dio Su vida misma por los pecados de todo el mundo. El pagó la pena completa por cada pecado cometido desde Adán. Solo Su vida misma podía pagar la completa deuda por toda la humanidad.

Por la ley divina, Jesucristo vino como un pariente cercano para redimir toda la humanidad y su propiedad entera (la tierra).

Esos son objetivos majestuosos, alguno a lo mejor dirá, pero ¿era El realmente capaz de hacer el pago de tan enorme deuda?

La Biblia lo hace claro que Su vida y Su sangre fue mucho más valiosa que la deuda entera del mundo desde el principio. Entonces, sí, Jesucristo fue ciertamente "lo suficiente rico" para hacer tal cara compra.

Así, primero vemos que Jesucristo tenía el derecho legal de redención, en base a que El era un pariente cercano de toda carne y sangre, incluyendo la Casa de Israel.

En segundo lugar, vemos que Jesucristo estaba dispuesto a pagar el pago completo de redención para el mundo entero—y El tenía el "efectivo" para hacerlo.

La pregunta final es esta: ¿ Quería Jesucristo redimir a toda la humanidad?

Esta es realmente una pregunta de cuánto El ama Su creación. Si El fuese un Dios enojado que prefiriera destruir la mayoría de Su creación, entonces uno pudiera dudar que El realmente quisiera redimir a toda la humanidad. Pero la Biblia dice en Juan 3:16, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna".

Así, vemos que la ley le dio a Jesucristo el derecho de redención; El tenía el suficiente "dinero" y más para pagar el completo precio de redención; y El ciertamente tenía el motivo para hacerlo.

Entonces, si Dios PUDIERA salvar a todo hombre, ¿en realidad lo haría? Esta es la gran pregunta. Si tú tuvieras el derecho legal para redimir a todo hombre, y tuvieras el efectivo para hacerlo así, y los amaras tanto como Dios ama al mundo, ¿qué es lo que TU harías?

Sí, Dios verdaderamente salvaría a toda la humanidad si El fuera capaz de hacerlo así. Y eso es el porque El realmente lo ha hecho.

¿Qué Es Lo Que Se Requiere de Nosotros?

Hay mucha gente hoy y a través de la historia quienes no han querido ser redimidos por Jesucristo, usualmente porque ellos no han verdaderamente entendido su necesidad de redención o no han tenido fe que El pudiera realmente ponerlos libres.

¿Qué hay acerca de esta gente? ¿Van a beneficiarse ellos de la redención de Jesús y su pago a pesar de su incredulidad? Sí, ellos van a beneficiarse—pero no inmediatamente. Todos van a ser mantenidos responsables por sus acciones, y cada juicio va a encajar el crimen.

Funciona tal como así. La ley de redención dice que esos quienes acuerdan a ser redimidos por su pariente tienen que servir a su redentor (Levíticos 25:53). La diferencia es que él va a ser tratado mejor con Jesús como su amo que como él era tratado por su previo amo, el pecado.

Esos quienes lo aceptan a El como su Redentor están obligados a declarar a Jesucristo como su Amo y servirle. Pablo lo pone de esta manera en Romanos 6:15-18,

15 ¿Que, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia".

En otras palabras, esos quienes son redimidos no son puestos en libertad para hacer como a ellos les plazca. El redentor ha pagado su deuda anotada, y por lo tanto, ellos siguen siendo sirvientes—pero ahora ellos son sirvientes de Uno quien los ama y los va a tratar bien. No más son esclavos del pecado. Ahora son esclavos de justicia y siervos de Dios.

Una persona liberada del pecado no quiere decir que él de repente llega a ser perfectamente sin pecado. Pablo se refiere al pecado como el viejo amo del esclavo. Cuando trabajamos para el viejo amo del pecado, quien nos decía que pecara, estábamos libres de Dios y Su justicia. A la inversa, cuando Dios nos compró a través de Jesucristo, nosotros ya no tenemos que hacer lo que el pecado nos dice que hagamos, y nosotros estamos libres para hacer lo que es correcto ante los o jos de Dios.

Pablo se dice así mismo "siervo de Jesucristo" (Romanos 1:1), porque el entiende las leyes de redención. Esto es el porque él les dijo a los cristianos en Roma que la redención de Cristo no quería decir que ellos eran libres para continuar en el pecado. Ellos estaban solo libres del viejo amo de los esclavos quien, en el pasado, había comandándolos a pecar.

Pero ¿qué acerca de esos quienes rehusan aceptar la provisión que Dios ha hecho para que nosotros estemos redimidos? Tal gente tiene el derecho legal de rehusar a ser redimido por su pariente cercano, Jesucristo. Ellos pueden continuar obedeciendo las demandas de la naturaleza del pecado en vez que ser obedientes a la ley de Dios.

Este es su derecho—por un tiempo. La ley dice en Levíticos 25:54 que "Y si no se rescatare en esos anos, en el año del Jubileo saldrá, el y sus hijos con el ".

En otras palabras, el Año del Jubileo va a poner a todo hombre libre en el final, ya sea que ellos fueran redimidos o no durante esos años.

Para entender esto, necesitamos explicar un poco acerca del viejo calendario hebreo. Dios dividió el tiempo en períodos de siete días y siete años. Cada séptimo día era un reposo, un día de descanso. Pero también, cada séptimo año ellos tenían que dejar la tierra barbechada, porque era un año de descanso a la tierra. En este año de descanso de la tierra, nadie tenía que hacer pagos en sus deudas, por­que su principal recurso económico era suspendido.

Después de siete años de descanso de la tierra era un Jubileo al final de los 49 años. Después de diez días en el quincuagésimo año una trompeta era tocada como señal del día de Jubileo. Este era el específico día que todas las deudas eran canceladas y cada hombre regresaba a su herencia si él la había perdido en algún tiempo du­rante los 49 anos pasados. Levíticos 25:10 dice,

10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de Jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia".

Por supuesto, esto era solo aplicable a esos quienes habían sido incapaces de trabajar lo suficiente para pagar su deuda. Ellos pudieran haber sido libres antes si ellos habrían ganado lo suficiente para pagar su deuda y así pagar su libertad.

Esto era también aplicable sólo para esos quienes no tenían un redentor—o si la gente no había aceptado la redención de un pariente dispuesto. Tal vez ellos desconfiaban de él o no lo conocían suficientemente bien para confiar en sus motivos. O tal vez ellos pensaban que sus ordenanzas serían muy rigurosas.

Cualquiera que fueran sus razones, aún si ellos no aprovecharon de la redención de Jesús en esta era, ellos van a seguir yéndose libres en el año del Jubileo. Hay un límite en cuanto juicio y disciplina que Dios administra sobre Sus hijos. Ellos a lo mejor puedan tener una decisión de si o no a ser redimidos por sus parientes cercanos, pero el año del Jubileo es por la voluntad de Dios.

El tiempo de redención era entre Jubileos. Una vez que el año del Jubileo llegaba, la redención era irrelevante. En el caso de toda la humanidad, AHORA es el día de redención. Jesús ha hecho el pago completo por el pecado y pide que todo hombre venga bajo Su señorío. Pero muchos no se someten a Cristo Jesús. Tal gente no va a hacer redimida, pero aún ellos van a ser libres de la esclavitud del pecado en el Jubileo final, cuando Dios ponga todo hombre libre por Su propia voluntad.

Castigo Sin Fin Es En Contra de La Ley

Con Dios, no hay tal cosa como castigo sin fin. Los versos de la Biblia que son usualmente referidos para probar el castigo que nunca acaba son realmente mal traducidos del texto original.

La palabra por "eterno" y "perpetuo" en el Nuevo Testamento es la palabra griega, eonian, la cual quiere decir "perteneciendo a un EON (era)". En otras palabras, los juicios finales de Dios pertenecen a una específica era en el futuro. Es una era por venir, donde Dios “venderá” todos los no creyentes a los siervos de Jesucristo, para que así ellos sean obligados por la ley a aprender obediencia a la ley divina.

En esta manera los siervos de Cristo van a "reinar con El" (Apocalipsis 20:6). El Apocalipsis 5:10 dice, " reinaremos sobre la tierra ", no en el cielo. Esto sería sin significado, por supuesto, a menos que ellos tengan gente sobre quien gobernar. A los creyentes se les va a dar varias medidas de autoridad, de acuerdo a la parábola de Jesús en Lucas 19:12-27. Pero el propósito de esta auto­ridad es enseñar a los incrédulos como vivir en sujeción a Cristo Jesús y Su Reino.

Esa era eventualmente va a acabarse al Jubileo final, cuando todo juicio cese, y todo hombre sea traído completamente dentro de la gloria de Dios, aún como El lo prometió por pacto.

La ley Bíblica trata todo pecado como una deuda, pero también lo trata toda deuda como temporaria. Toda deuda es limitada por la ley del Jubileo. Con Dios no hay tal cosa como una deuda perpetua. En realidad, ningún hombre aún tiene la autoridad de ponerse él mismo bajo una deuda perpetua. Esto origina en la ley donde Dios dice que El es dueño de toda la tierra. Ningún hombre puede vender su tierra y perderla para siempre. Ya que el hombre es hecho de la tierra (polvo de la tierra) que Dios creó, ningún hombre es dueño de sí mismo. Dios es dueño de todo hombre y nunca ha dado a algún hombre la habilidad para vender su alma para siempre.

El hombre es también la herencia de Dios. Dios creó la ley de Jubileo para asegurar Su propia herencia. Dios nunca va a perder Su herencia, porque El decretó esta ley desde el principio.

Otra ley también muestra este principio de juicio limitado. Deuteronomio 25:1-3, es una ley que trata con delitos menores, donde no hay restitución:

1 Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable. 2 Y si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según su delito será el número de azotes. 3 Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos".

Aquí vemos que el juicio es limitado a un máximo de cuarenta azotes. Así, vemos que el juicio divino es misericordioso, en eso lo limita el juicio para los dos, felonías y delitos menores. Juicios por felonías son limitadas por el Jubileo; juicios por delitos menores son limitados por cuarenta azotes.

En cualquier caso, no hay provisión por tortura tal como encontramos en la moderna idea de tormento eterno en un fuego literal. Tales ideas no vinieron de la Biblia, pero de otras religiones. El "fuego" en la Biblia es un símbolo de la ley divina y nunca fue intencionado a ser tomado en un sentido literal.

Esos quienes rechazan a Jesucristo van a ser verdaderamente traídos a juicio en la gran resurrección. Sin embargo, no hay razón para pensar que ellos van a ser perdidos para siempre. Sería injusto castigar al hombre más allá de la medida de su pecado. Y sería ilegal castigar al hombre más allá de las penalidades prescritas de la ley divina. Dios va a juzgar al mundo, no por la ley del hombre sino por Su propia ley, la cual es Su estándar perfecto de medida.

Entonces ¿qué va a pasar a los pecadores en ese día?

El Día del Juicio

La Biblia habla de un día final de juicio donde todo hombre va a estar ante el Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15). Aquí es donde Dios va a hacer cuentas en todas las deudas desde el principio. Aquí es donde todo hombre va a ser tenido responsable por sus acciones que ellos hicieron en sus vidas en la tierra.

La Biblia habla de este juicio en términos de "fuego". Algunos piensan que este "fuego" es un hoyo de tortura literal. No lo es. La ley divina ninguna vez dispone tortura como un juicio por algún pecado.

Deuteronomio 4:12 nos dice que Dios se manifiesta El mismo como un fuego. En el Nuevo Testamento, leemos en Hebreos 12:29 que Dios mismo es un fuego consumidor. Esto simplemente quiere decir que la presencia de Dios va a consumir lo que no sea bueno. Además, Sus juicios son designados para corregir al hombre, no destruirlo. Ellos están designados a restaurar el orden legal, para que cualquier cosa que el hombre ha hecho para violar los derechos de otros sea corregida.

El propósito de la ley es obtener justicia para lo herido y perdón para el pecador quien hizo mal a esas otras personas. El propósito de la ley divina es primero para traer justicia a esos a quien han sido ofendidos y segundo para traer corrección, perdón, y restauración para los pecadores. De ahí, en Isaías 26:9, el profeta habla de Dios diciendo,

9 "....porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia".

La ley divina en sí misma es el "lago de fuego" mencionado en Apocalipsis 20:14,15. Moisés nos dice en Deuteronomio 33:2 que la ley es una "ley de fuego" en Su mano.

Daniel 7:9, también describe aquel juicio final, donde Dios juzga al mundo, teniendo cada hombre responsable por sus acciones cometidas durante el tiempo de sus vidas. El dice que el trono mismo es un fuego, del cual sale un "río de fuego" que juzga todo hombre. En tiempos antiguos, un trono simbolizaba la ley, mucho parecido a un moderno juez que ahora se dice que "se sienta en el estrado" cuando preside sobre un juicio. Por lo tanto, el trono es el fuego—la ley. Esto es simplemente una manera metafórica de decir que la ley de fuego de Dios va a juzgar a todo hombre. Pero para saber la naturaleza de ese fuego, uno debe de estudiar la ley divina misma. Y ninguna vez la ley divina prescribe tortura por algún pecado.

Así, el "lago de fuego" en la Biblia nunca fue para ser tomado literalmente como algunos lo han hecho. Dios no tortura al hombre por algún pecado. Esto es plenamente evidente para alguno que estudia la ley divina. De hecho, esto es un impresionante contraste para las leyes del hombre y de otras religiones.

Muerte Es la Paga del Pecado

Tormento eterno NO es la paga por el pecado. Pablo escribe en Romanes 6:23,

23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Desde el principio, Moisés escribió que la paga por el más horrible pecado era muerte. Tal era la pena por idolatría abierta, brujería, asesinato, adulterio, bestialidad, secuestro, y violación de una mujer casada o en compromiso.

No había juicio de la ley de Dios que aún implicara la tortura en un fuego literal por algún pecado. La paga era meramente muerte. Y posiblemente el más horr­ible juicio por pecado era que el cuerpo del pecador fuera quemado (incinerado) en orden para prevenirles de recibir un entierro honorable (Levíticos 21:9).

Cristo Jesús vino para pagar la pena completa por nuestro pecado y por el pecado del mundo entero. Esto no significó que Jesús tuviera que haber sido quemado en la fosa del infierno. ¡Ni aún por algún momento—mucho menos por la eternidad! El pagó la completa pena por el pecado por morir en la cruz, no por quemarse por la eternidad. ¡ Si la tortura que nunca se acaba en el infierno fuera realmente la pena por el pecado, entonces Jesús continuaría estando ahí, quemándose por eternidad!

Aún nosotros encontramos que Jesús fue sólo requerido estar muerto por tres días.

Dios no es así de injusto para torturar a la gente por desobediencia a El. La naturaleza del "fuego" es definida por la ley divina misma, y la duración del juicio es limitado por la ley del Jubileo.

Esos quienes vienen dentro juicio al Gran Trono Blanco, van a ser juzgados de acuerdo a sus obras (Apocalipsis 20:13-15). Sus juicios van a corresponder a sus crímenes cometidos durante su tiempo de vida.

No hay manera, por supuesto, que algún hombre sea capaz de pagar verdaderamente la pena por sus propios pecados. Por esta razón, ellos van a ser también "vendidos" en esclavitud de acuerdo a la ley (Éxodo 22:3). Ellos van a ser puestos bajo la autoridad de los creyentes, los siervos de Cristo, en orden para que ellos puedan servir sus sentencias hasta que el Jubileo ponga a todo hombre libre.

En el análisis final, la ley dice que si un hombre no puede pagar una deuda (la cual es incurrida por pecado), él está para trabajar como un sirviente para pagar la deuda. Si la deuda es muy grande para ser pagada, él debe trabajar hasta que el año del Jubileo lo ponga libre.

Los incrédulos al Gran Trono Blanco van a ser sentenciados a trabajar como siervos hasta que el final Jubileo los ponga libres. El propósito de esto es para que sus amos no puedan actuar como tiranos sobre un montón de esclavos.

En otras palabras, el propósito de poner siervos bajo amos es para que así los pecadores de la tierra puedan aprender la voluntad de Dios y aprendan a seguir a Cristo. Sus "amos" les van a enseñar y entrenarlos en las leyes de Dios. ¡Que tiempo tan feliz!

Por esta razón el Salmo 130:4 dice,

4 Pero en ti [Dios] hay perdón, para que seas reverenciado.

Nosotros respetamos a esos quienes tienen la habilidad para perdonar, no a esos quienes perpetuamente reniegan para perdonar a otros. Dios a menudo ha sido presentado como Uno quien no va o no puede perdonar el pecado, una vez que el hombre haya completado su vida en la tierra. No es de extrañarse, que así muchos no tengan respeto para Dios.

Yo creo que Dios ha sido mal representado.

La Segunda Muerte

La sentencia de la ley sobre los incrédulos es en sí misma la segunda muerte. La segunda muerte no es como la primera muerte. La primera muerte es mortalidad que termina con el hombre siendo puesto en la tumba. La segunda muerte viene a un tiempo cuando la primera muerte misma es destruida, como leemos en Apocalipsis 20:14,

14 Y la muerte y el Hades [la tumba] fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la segunda muerte.

El estaba diciendo a la gente que el violar las leyes de Dios era el camino a la muerte. Ultimadamente, él estaba hablando de la "segunda muerte" que es mencionada en Apocalipsis 20:14. Allá la “segunda muerte” es identificada con el "lago de fuego". Esta "muerte" es diferente del primer tipo de muerte (mor­talidad y muerte literal), porque en ese día la muerte misma va a ser destruida. Hombres ya no morirán después que ellos han sido levantados de la muerte, pero ellos tendrán que permanecer separados de Dios hasta el gran Jubileo.

Porque del pecado de Adán, todo hombre ha llegado a ser mortal. Eso en sí mismo es un juicio por el pecado. Pero el juicio final es el "lago de fuego. Esta es la segunda muerte". (Apocalipsis 20:14). Este tipo de muerte es de diferente clase. Esto habla de la era futura cuando los incrédulos quienes no utilizaron para ellos mismos la oferta de redención de Jesús van a permanecer mortales y van a tener que aprender el bien y el mal como siervos de Dios.

Ellos no van a morir, pero van a permanecer como siervos de Dios, aprendiendo los caminos de Dios en mucho de la misma manera como los creyentes hoy están aprendiendo obediencia. Esa era puede durar por miles de años, con cada uno experimentando un tipo de inmortalidad. Nuestros cuerpos están designados a durar para siempre, con viejas células siendo remplazadas por nuevas, tanto así como tengamos la propia nutrición y medio ambiente. Esta va a ser una era en la cual todo hombre va experimentar esa renovación corporal, y así pasaría que alguno muriere por algún accidente, ellos van a poder levantarse de la muerte inmediatamente.

Durante este tiempo que Dios gobierne la tierra a través de Jesucristo y los "Hijos de Dios", las naciones van a regocijarse. Finalmente, va a haber una justicia verdadera y misericordia en las cortes. Salmo 67:4 dice,

4 Alégrense y gócense las naciones, porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra.

Salmo 72:11 dice,

11 Todos los reyes se postrarán delante de El; Todas las naciones le servirán.

Salmo 86:9,10 dice,

9 Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre. 10 Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios.

El Resultado Final de la Voluntad de Dios

En Génesis 9:9-17 Dios hizo un pacto (o contrato) con toda la tierra. Este fue un pacto que decía que El nunca destruirá otra vez la tierra. Hoy muchos erróneamente piensan que la tierra está pronto a ser destruida, una de dos por el hombre o por Dios. Esto no es verdad. Esto puede parecer como que el desastre viene, y es cierto que el hombre destruiría la tierra si le fuere dejada a él. Pero Dios ha prometido prevenirlo.

Este es el primer pacto que Dios hizo con alguien. La primera vez que la palabra "pacto" es usada en la Biblia es encontrada aquí en Génesis 9:9. Veces anteriores, Dios hizo promesas, no pactos.

Años después, en la historia de como Dios trajo a Israel fuera de Egipto, encontramos que los Israelitas fueron bastante tercos y desobedientes a Dios, y estuvieron cercas de apedrear a Moisés más de una vez. Finalmente, después de diez ejemplos de desobediencia directa, Dios le dijo a Moisés en Números 14:12, "Voy a destruir a toda la nación y empezar otra vez contigo y tus hijos".

Esto fue, por supuesto, sólo una prueba, porque Dios sabía que El no iba hacer eso. También Moisés. Esto es el porque Moisés le recordó a Dios de Su promesa para Israel. El también dijo en Números 14:15 y 16 que si El iba a destruir la gente, sería admitiendo que El no era lo suficiente poderoso para hacer lo que El dijo que haría. La gente de las otras naciones diría que era porque El "no era capaz de traer esa gente dentro de la tierra la cual El les había jurado".

Ahí está el meollo del asunto. ¿Era Dios realmente capaz para cumplir Sus intenciones? ¿Podría Su voluntad ser arrojada por la voluntad del hombre? ¿Es el albedrío del hombre más poderoso que la voluntad soberana de Dios?

En la actualidad, mucha gente diría que Dios no pudiera ser culpado por la negación de la gente para ser desobedientes a El. Pero este no es el asunto. El hecho es que, si Dios fuera incapaz de hacer a Israel obediente, entonces Dios sería contado como un fracaso. Esto es mucho como un niño desobediente. Si el pa­dre es incapaz de convertir al niño en un ciudadano productivo, entonces esto es con el tiempo el fracaso del padre, no del niño. El niño no es él de la autoridad. Quien sea que esté en la posición de autoridad es responsable por esos, bajo él o ella.

Así Dios tentó a Moisés para ver si el tomaría la carnada. Pero Moisés no tenía tales ambiciones para hacer su propia familia la gente elegida. Moisés entonces cuestionó a Dios en una manera extraordinaria, diciéndole que las naciones pensarían que Dios no era capaz de ejecutar Su Voluntad—que la voluntad del hombre era más fuerte que la voluntad de Dios.

La respuesta de Dios fue decirle a Moisés en Números 14:21,

21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra.

No sólo Dios era capaz de traer esta única nación dentro de la tierra que Dios había prometido, sino que también El era capaz de llenar toda la tierra con Su gloria. En otras palabras, el hombre puede temporalmente permanecer en esclavitud como un esclavo para el pecado y fuera de Su voluntad, pero ultimadamente, la voluntad de Dios es que toda la tierra sea llena con Su gloria. La voluntad de Dios es salvar a todo hombre (1 Timoteo 2:4). No hay nada y nadie en la tierra que pueda prevenir que esto se lleve a cabo. O los hombres consentirán a ser redimidos en esta era, o lo harán después del juicio final al Gran Trono Blanco.

Uno puede hacer esto de la manera fácil o de la manera dura. Pero cualquier manera, Dios es Dios, y Su voluntad a la larga prevalecerá. Para el tiempo del último Jubileo, cuando El ponga todo hombre libre, ellos van hacer llenados con Su gloria. El profeta resuena este verso en Habacuc 2:14, diciendo,

14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.

¿Cuánto del mar está cubierto por agua? El cien por ciento de ello.

¿Cuánto de la tierra será cubierto por el conocimiento del Señor? El cien por ciento.

Esto es como lo interpretó el profeta lo que Dios le dijo a Moisés. Esto quiere decir que todo hombre será salvado, y la presencia de Dios va a llenar la tierra entera. Ten en mente que el hombre fue hecho con el polvo de la tierra. Dios intenta llenar toda la tierra, lo cual incluye cada cuerpo del hombre (polvo).

La Promesa de Dios para Todos

En Isaías 45:23, Dios dice,

23 Por mí mismo hice juramento [por mi propio nombre] … Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

Esto no es vano alarde. Esta es una declaración del propósito que Dios tiene la habilidad para cumplir. Este verso es citado por el Apóstol Pablo en Filipenses 2:10,11, diciendo,

10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

La pregunta es ésta: ¿Es Dios dispuesto a cumplir este juramento, o es un vano alarde? Colosenses 1:16, nos dice que,

16 Porque en El fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles... todo fue creado por medio de El y para El.

Entonces unos cuantos versos después en verso 20, leemos que Jesús el

Cristo, por Su muerte en la cruz, "y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos".

En otras palabras, el uso del término de Pablo "todas las cosas" realmente quiere decir todas las cosas. El no sólo creó todas las cosas, sino que El también ha reconciliado todas las cosas consigo mismo. Su muerte en la cruz no fue meramente efectiva para unos cuantos, sino para toda la creación. No está enlistada para destrucción, sino para alojar la gloria de Dios.

Pablo habla otra vez en 1 Corintios 15:22-28, del tiempo cuando todo hombre va a ser levantado de los muertos para juicio y para recibir el premio merecido para ellos. Pablo dice que Jesucristo tiene que reinar sobre la tierra hasta que todo enemigo haya sido sometido—esto es, hasta que ninguno esté en desacuerdo con El y Su divina ley. Cada uno va ultimadamente a llegar en acuerdo que Dios realmente es un Dios bueno y justo. Conocerlo a El es amarlo.

Después Pablo dice que el enemigo final a ser destruido es la muerte. Sólo entonces la humanidad va a estar dispuesta a disfrutar completamente la presencia de Dios. Sólo entonces toda la tierra va a ser llena de Su gloria.

Pablo dice en verso 28 que "para que Dios sea todo en todos”. Su presencia completa no va a ser sólo en unas cuantas gentes, tampoco El va a dispensar sólo un poco de Su gloria en todo hombre. En vez de eso, Su completa gloria va a radiar de todo hombre.

Ese es el plan. Y Dios es en verdad capaz de ejecutar Su voluntad. Muchos están ahora indispuestos a ir a lo largo con el plan, porque de su ignorancia, porque si ellos conocieran la gloria que Dios ha preparado para ellos, no dudarían valerse ellos mismos de la redención que Jesús ha proveído por Su muerte en la cruz.

Cerramos con la visión de Juan en Apocalipsis 5:13,

13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero [Jesús] sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

Este es un retrato de la meta de la historia y del divino plan para Su creación. Nadie va a estar quejándose que un tirano ha venido a apoderarse y debe ser arrojado. Todos van a conocer el amor que Dios tiene para ellos y para toda la humanidad. Esta es una escena feliz. No hay gritos torturados viniendo de un imaginado pozo de infierno. Dios realmente es capaz para salvar a toda la humanidad—y El propone hacerlo.