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Capítulo 7: El Tiempo de Esaú

A los sionistas se les fue dado el Pagaré en 1948. Edom llegó a ser “escogido”, y ellos llegaron a ser responsables ante Dios para producir los frutos del Reino. Los edomitas fueron sionistas desde el principio, en el sentido de que ellos siempre quisieron la primogenitura que Jacob había robado de Esaú. Ellos nunca perdieron la esperanza de que algún día pudieran heredar la “Tierra Santa” y ser la gente escogida.

Cuando Israel y Judá fueron deportados a Asiria y Babilonia, Ezequiel nos dice la reacción de Edom en Ezequiel 35.10 y 15, diciendo,

10 Por cuanto dijiste [Edom] : Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y tomaré posesión de ellas; estando allí Jehová…. 15 Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré a ti; asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y sabrán que yo soy Jehová.

Ezequiel 36.2 y 5 continúa la profecía, diciendo,

2 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! También las alturas eternas nos han sido dadas por heredad; …. 5 por eso, así ha dicho Jehová el Señor: He hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las demás naciones, y contra todo Edom, que se disputaron mi tierra por heredad con alegría, de todo corazón y con enconamiento de ánimo, para que sus expulsados fuesen presa suya.

Malaquías 1.4 dice,

Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre.

Esto claramente muestra la aspiración sionista de Edom. Edom en verdad ha regresado a “reconstruir las ruinas”. Dios lo ha permitido, pero no permanentemente. Dios solo quiere enderezar el viejo mal que Jacob hizo. A Esaú se le tiene que dar la oportunidad para probarse el mismo inmerecido. Esaú quería la primogenitura por motives propios—no para otorgar algunas bendiciones de Abraham sobre el resto del mundo. Esto es el asunto de beneficio propio.

Así la pregunta es ésta: ¿Cuánto tiempo tienen los israelitas para pagar el Pagaré antes de que Dios los traiga a juicio? Esa es una pregunta difícil de contestar, pero hay unas cosas que pueden ayudarnos a entender el asunto.

En Juan 2.20 aprendemos que tomó 46 años para construir el templo de Herodes. El número 46 es así directamente asociado con el templo de Herodes. Ese templo era hermoso por fuera, pero por dentro de su Lugar Santísimo NO HABÍA UNA ARCA DEL PACTO y así NINGÚNA GLORIA DE DIOS. Porque nosotros somos los templos de Dios (1 Corintios 3.16), debemos de preguntarnos a nosotros mismos si nuestro “templo” imita el patrón de Salomón o el de Herodes. El templo de Salomón fue glorificado, pero el de Herodes no.

Nuestros cuerpos están definidos por cromosomas. Cada uno de nosotros tenemos 23 pares de cromosomas, o 46 en total. Así, la naturaleza nos enseña que nuestros templos carnales están definidos por el número 46. (Yo creo que cuando somos transformados en Su imagen, vamos a tener 50 cromosomas—el número del Jubileo). Casualmente, la palabra griega para “templo” es NAOS, la cual aparece 46 veces exactamente en el Nuevo Testamento. Los sionistas son templos también—pero ellos son del patrón del templo de Herodes. Herodes era mitad edomita y mitad judiíta. Herodes es el patrón perfecto del estado israelita hoy.

El primer ciclo de tiempo mayor señalando el final del estado israelita vino el 29 de noviembre de 1993. Esto fue precisamente 46 años después de la Resolución de las Naciones Unidas que dividió Palestina, creando la base de un estado israelita. En esta fecha, representativos de los vencedores fueron guiados a hacer una petición a la Corte Divina para ser dado el Pagaré. Fue llamado “La Campaña de Oración Jubileo”.

Esto fue hecho puramente por divina revelación, basado en nuestro conocimiento de la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Yo creo que nuestra oración fue contestada, y una medida de autoridad fue dada a ese tiempo. Pero la completa autoridad no vendría por otros siete años (el 29 de noviembre de 2000).Y después tomaría otros siete años para derramar las siete tazones (“copas”) en orden para completar el trabajo del juicio divino. Pero nos estamos adelantando.

En Lucas 3.7-9, Juan el Bautista dice algo aplicable en su tiempo, pero aplicable otra vez en nuestros días:

Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.

Juan aparentemente entendía que el juicio venía sobre esa nación, sin tener en cuenta cualquier conexión genealógica con Abraham. Jesús habló una parábola complementaria tres años después en Lucas 13.6-9, diciendo,

Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.

Yo creo que al estado israelita se le fue dado un Jubileo en el cual tendría que producir los frutos del Reino y pagar el Pagaré. Si nosotros fechamos su primer comienzo desde la Resolución Palestina (29.11.47), cincuenta años después viene a 29.11.97. Ellos entonces fueron “visitados” para ver si ellos le darían a Dios los frutos que ellos le deben a Él.

Por tres años ellos fueron visitados (1997-2000), pero ellos seguían sin arrepentirse como Juan el Bautista dijo. Así el decreto salió para tumbar esta higuera. Pero la gente pidió otro año de gracia y esto le fue concedido.

Ese año de gracia era el tiempo para fertilizar [con estiércol] el árbol. Este abonar em pezó en el 29 de septiembre de 2000, cuando Ariel Sharon “visitó” el monte del templo, encendiendo la intifada. A este punto, los palestinos empezaron a “abonar” el árbol para ver si los sionistas usarían el abono como fertilizante o simplemente lo arrojarían de regreso a ellos (con balas). Para entender este principio, ver mi libro, Las Leyes del Ajeno y Abono [ The Laws of Wormwood and Dung] .

Después de un año de abonar, el árbol seguía sin producir algún fruto. Los sionistas no aceptaron a Jesucristo, ni tampoco manifestaron los frutos del Espíritu hacia los palestinos. Así, venimos al día 11 de septiembre de 2001, y el cual puso en movimiento los eventos finales que llevarían a la destrucción de Jerusalén.